2018 economía española (IMF)
- CATRisk Consultants
- 22 jul 2020
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Actualizado: 11 mar 2021
La economía española continúa mejorando después de la crisis, la recuperación está avanzando. Se estima que el crecimiento real del PIB se moderará a 2.5 por ciento en 2018 y 2.2 por ciento en 2019 (la estima para 2020 es del 1.9%) antes de disminuir gradualmente a su tasa potencial, estimada en alrededor de 1.75 por ciento a medio plazo. El gasto privado y la demanda de inversión son los principales impulsores del crecimiento. La posición externa se fortaleció, respaldada por el superávit en cuenta corriente de los últimos años. El mercado laboral ha mejorado. Si bien la tasa de desempleo mejoró hasta al 14,6 por ciento, por debajo de su promedio de la última década, el desempleo juvenil de España, la proporción de contratos temporales y el empleo a tiempo parcial siguen siendo altos con respecto a la media de la UE.
Componentes de la demanda agregada – PIB (2008 – 2018)
El sector privado se ha acelerado gracias a unas condiciones favorables de los préstamos, y la salud del sistema bancario se ha fortalecido. La relación deuda / PIB total del sector privado cayó en casi 10 puntos porcentuales en 2017. Sin embargo, algunos segmentos de empresas y hogares todavía están excesivamente ralentizados, y los préstamos para bienes de consumo se han incrementado. La disminución de los impagos a préstamos (NPL) y los activos adquiridos por reposesiones bancarias han disminuido más de un 40%, ayudado por el crecimiento económico. La estabilidad en los precios de las viviendas y las ventas por parte de la banca de activos tóxicos también ha contribuido al crecimiento. Sin embargo, el índice de morosidad para los préstamos en España todavía era del 6,4 por ciento en el segundo trimestre de 2018. Los bancos españoles son comparativos frente a sus homólogos europeos en términos de ratios de rentabilidad financiera que se halla por encima de la media europea.
La deuda pública desciende por debajo del 98 por ciento del PIB en 2018 y se sitúa en 97.3% para el 2018 y 96% para 2019. El déficit fiscal general continuó bajando en 2017 hasta el 0.6% y se espera un balance positivo del 0.2% y 0.3% para el 2019 y 2020 respectivamente a pesar de la subida del coste del dinero de un 0.2% en el 2019, manteniéndose constante circa el 0.5% del PIB anual para 2019 y 2020. El índice de precios harmonizado se mantiene en el 1.8% ciento del PIB en 2018. Una buena parte de esta reducción fiscal se puede atribuir al fuerte ciclo económico y no tanto a las tasas de interés, hubo ajuste significativo en la posición fiscal subyacente en 2018.
Perspectiva económica y retos
La economía española mantiene un fuerte impulso y los riesgos para las perspectivas económicas están principalmente relacionados con el contexto exterior. Se espera que el crecimiento del PIB se mantenga fuerte en 2018, alrededor del 2.6 por ciento, y mantenga una trayectoria sólida en 2019 por encima del promedio de la zona del euro. La composición del crecimiento sigue siendo amplia en todos los componentes de la demanda agregada. Un entorno externo favorable ha producido una contribución de las exportaciones netas y, por lo tanto, un patrón de crecimiento superior a la media europea. Como señalaron los titulares económicos y financieros, las perspectivas están sujetas a riesgos externos con tendencia a disminuir, principalmente relacionados con las incertidumbres políticas que podrían deteriorar el comercio y endurecer aún más las condiciones financieras a nivel mundial. En el apartado interno, las autoridades económico-financieras tienen una visión naturalmente más positiva que el FMI. El reto de alcanzar acuerdos políticos en el Parlamento sin mayorías, más que un riesgo, es una realidad de la política española desde 2015, similar a otras economías avanzadas, y no ha impedido un fuerte crecimiento. Según lo subrayado por el IMF, el impacto económico de la incertidumbre política relacionada con Cataluña hasta ahora ha sido limitado y contenido en la región.
España ha continuado ajustando los desequilibrios acumulados durante la crisis, incluida una reducción significativa del desempleo y la ralentización del sector privado. La tasa de desempleo se ha reducido en más de 11 puntos porcentuales en los últimos cinco años, mientras que el endeudamiento privado ha descendido hasta niveles iguales o inferiores al promedio de la eurozona. El sistema bancario ha experimentado una reestructuración en la medida en que los activos no rentables están por debajo de la media de la UE. Estamos de acuerdo con el FMI en que este proceso se ha producido en un contexto de fundamentos mejorados, incluidos cambios en la estructura y competitividad de la economía, lo que ha permitido a España mantener un fuerte crecimiento y, al mismo tiempo, disfrutar de excedentes de cuenta corriente.
- La corrección de varios retos clave se ha retrasado y debe abordarse, en particular: reducir la relación deuda pública / PIB, reducir aún más el desempleo, en particular, el desempleo juvenil y de larga duración, mejorar la calidad de los empleos, reducir la desigualdad y el riesgo de pobreza, y el fomento de la productividad. Las autoridades han prevalecido la corrección de estas vulnerabilidades.
La agenda política tiene tres pilares: disciplina fiscal, inclusión social y crecimiento sostenible. Estos pilares requieren un cambio gradual de la tendencia de crecimiento basado en la productividad. Promover la disciplina presupuestaria basada en ajustes fiscales es esencial para fijar la estrategia económica y garantizar la efectividad de la agenda política. La inclusión social debe mejorarse reduciendo el desempleo, pero también abordando la precariedad laboral y las discrepancias en los contratos, así como reduciendo la desigualdad.
Política fiscal
La reducción de los niveles de deuda y la acumulación de incentivos fiscales son prioridades clave, compartidas por la evaluación del IMF. Por lo tanto, las autoridades económicas del país apuntan a un ajuste estructural en 2019. Los esfuerzos dirigidos y el impulso de crecimiento deberían reforzarse mutuamente para reducir la relación deuda pública / PIB y los actuales niveles de déficit.
A este respecto, las autoridades económicas del país están firmemente comprometidas a revertir el contexto cíclico exhibido por la postura fiscal en los últimos años, que ha ampliado el déficit estructural en alrededor de 1 punto porcentual del PIB desde 2015. El Proyecto de Plan Presupuestario 2019 apunta a un déficit del gobierno general del 1.8% del PIB en 2019, incluido un esfuerzo de ajuste estructural de 0.4%. Las cifras reales para el 2019 apuntan a un saldo primario deficitario del 0.3% con un ajuste estructural del 0.5%, incluida subida del 0.2% en los tipos de interés. Se alcanza saldo presupuestario positivo por primera vez, en 2019 habiendo presentado déficit desde el 2007.
Este camino implicaría alcanzar un superávit de renta primaria por primera vez desde 2007 (del 0.6 por ciento del PIB. Hemos visto que la cifra actual del 2019 es del 0.2%). Además, adelantaría una aceleración en el ritmo de la reducción de la deuda, que se proyecta caerá del 97.0 por ciento del PIB en 2018 (valor actual 97.3% PIB) al 95.5 por ciento en 2019 (valor actual 96% PIB), la mayor disminución desde 2014.
El Plan Presupuestario de 2019 cumple con los requisitos establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la UE y ha sido ampliamente respaldado por la Autoridad Fiscal Independiente. Las autoridades comparten la opinión del personal de que el ajuste estructural es un objetivo fundamental y toman nota de su palabra de precaución en el diseño del presupuesto, para no desviarse de los objetivos fiscales. España saldrá del Procedimiento de Déficit Excesivo (apéndice 1 pruebas de sostenibilidad de la deuda pública) y el brazo correctivo del PEC con un déficit por debajo del 3 por ciento del PIB en 2018. Para 2019, a pesar de la recomendación del Consejo de la UE de un ajuste estructural del 0,65 por ciento del PIB (este valor actual alcanzo el 0.5%), el ajuste 0,4 objetivo cumple con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, considerando la flexibilidad incorporada en el mismo (2019 ajuste estructural es del 0.5%). La autoridad fiscal independiente ha respaldado el escenario macroeconómico que sustenta este plan para el 2019, y considera factibles las provisiones presupuestarias, aunque sus estimaciones del escenario central apuntan a un déficit ligeramente superior para 2019 de 1.9 por ciento del PIB. (de nuevo el déficit actual para el 2019 es del 0.3%, es decir ‘’net saving’’ del 1.4% con respecto a las estimaciones, y con un ajuste estructural o coste del dinero, del 0.5% por encima de las estimaciones españolas, y por debajo de las europeas).
El balance primario entre el 2017 y 2020 indica un valor negativo de ‘’0.6%’,’’ 0.3%’’ y ‘’0.2%’’ del PIB respectivamente, lo que significa, dado el coste del dinero promedio de 0.5% en 2019 y 2020, que el balance primario es positivo en 0.2% en 2019 y 0.3% en 2020 por primera vez desde más de quince años.
Las autoridades económicas y financieras supervisarán de cerca la ejecución presupuestaria a lo largo de 2019 para evitar desviaciones del objetivo principal. El proyecto de ley de presupuestos de 2019 está programado para ser presentado a discusión parlamentaria en diciembre y las autoridades han trabajado para obtener el apoyo parlamentario necesario. Cabe señalar que las disposiciones presupuestarias españolas contemplan la extensión del presupuesto de 2018 a 2019 hasta que se apruebe un nuevo presupuesto, evitando cualquier estancamiento en la administración pública.
Sector financiero
La banca española ha fortalecido gradualmente su balance. El sistema bancario español ha realizado importantes esfuerzos para reducir el volumen de activos no rentables en los últimos años. Los impagos bancarios han disminuido casi un 60 por ciento en comparación con 2013 (de 192 billones de euros a 94 billones de euros en 2017), cuando alcanzaron una cota máxima.
Los activos bancarios tóxicos, adquiridos durante la crisis por falta de impagos, principalmente hipotecas y préstamos a la construcción. Se han reducido en un 40 por ciento desde su punto más alto a mediados de 2012. Este ajuste ha sido un aporte crucial para la recuperación de la rentabilidad, que ahora está por encima del promedio europeo, aunque todavía reducida desde una perspectiva histórica. En este contexto, los índices de solvencia están por encima de los estándares regulatorios; de hecho, en comparación con diciembre de 2014 (el primer año de aplicación de las normas prudenciales de Basilea III), en 2017, la capitalización bancaria había aumentado en casi 2 pp del capital total (hasta 15.4 por ciento), y en aproximadamente 1 pp para el Tier 1 capital hasta 12.7 por ciento.
Las pruebas de estrés realizadas en 2018 en toda la UE y producidas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) reflejan esta capacidad de resistencia para tolerar escenarios de riesgo extremo. También tienen acuerdo sobre la necesidad de una vigilancia continua del crecimiento del crédito privado y los precios de la vivienda, que permanecen estables. Sobre la exposición a los mercados emergentes, como lo destaca el FMI, los bancos españoles operan con un modelo de filial autónomo, en el que las filiales se autofinancian y no reciben financiación interna. Además, el banco matriz se protege contra la mayoría de los riesgos por tipo de cambio.
Los riesgos asociados con la deuda pública siguen siendo altos, ya que el nivel de tolerancia (85 por ciento del PIB actualmente; este nivel debería estar cerca del 60%) se excede en el escenario de referencia, así como en cada uno de los escenarios de choque evaluados. Las necesidades de financiación brutas se mantendrían por debajo del 20 por ciento del PIB bajo el escenario de referencia, pero lo superarían en el caso de los shocks de saldo primario. Con respecto al perfil de la deuda, los riesgos se derivan del alto nivel de necesidades de financiación externa y, en menor medida, de la parte de la deuda pública en poder de los no residentes. Los puntos de referencia de evaluación de riesgo inferior y superior son: 400 y 600 puntos básicos para spreads de bonos; 17 y 25 por ciento del PIB para requerimientos de financiamiento externo; 1 y 1.5 por ciento por cambio en la participación de la deuda a corto plazo; 30 y 45 por ciento para la deuda pública de los no residentes. 4 / Diferencial de bonos a largo plazo sobre los bonos alemanes, un promedio de los últimos 3 meses, del 31 de julio al 18 de octubre. 5 / El requisito de financiación externa (Gross Financing needs/ gross operating balance) : se define como la suma del ‘’déficit en cuenta corriente’’ (primary balance), ‘’la amortización de la deuda externa’’ (net adquisition costs) total a medio y largo plazo, y la ‘’deuda externa total’’ ((Gross fixed capital investment) a corto plazo al final del período anterior.
Las autoridades han la reforma del sistema institucional a través de la creación de una autoridad macroprudencial nacional y un entorno limitado regulatorio fintech. El gobierno ha anunciado la creación de una autoridad nacional de estabilidad financiera (ANESFI), que cumple con la recomendación de la ESRB de 2011 de crear una autoridad macro prudencial. La nueva autoridad diseñada estará compuesta por representantes del Ministerio de Economía y Negocios, Banco de España y CNMV, y estará facultada para evaluar criterios de actuación, emitir advertencias y recomendaciones. Las herramientas macro prudenciales permanecerán bajo la responsabilidad de los supervisores sectoriales, mientras que, siguiendo recomendaciones del FSAP 2017, el conjunto de herramientas del Banco de España se ampliará para incluir medidas consideradas desde el punto de vista del comprador de crédito, medidas anticíclicas sectoriales y límites a la concentración crediticia del sector. El gobierno ha cerrado consulta sectorial sobre el proyecto de ley para establecer un entorno limitado regulatorio que permita a las nuevas empresas FinTech.
Corporate debt in China and other large emerging economies
The past decade, corporate debt in emerging economies has increased visibly amid abundant global liquidity and search-for-yield behaviour. Between 2008 and 2019, the combined corporate debt of 30 large emerging economies increased from about 63 per cent to more than 90 per cent of GDP (Institute of International Finance, 2019b). The levels of corporate debt are especially elevated in China but are also quite high in countries such as Brazil, Chile, India, the Russian Federation and Turkey (see figure I.27). Corporate debt in China, mainly held by State-owned enterprises, increased from about 100 per cent to 155 per cent of GDP over the past decade. In India, corporate debt exceeds 40…