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Estudio del Clima - WHOI

Acidificación de los océanos


Con la absorción por los océanos del dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera procedente de actividades humanas, se altera la química de los carbonatos y la acidez del agua de mar en un proceso denominado acidificación de los océanos. Si bien esto reduce el dióxido de carbono de la atmósfera y mitiga de manera sustancial el cambio climático, la acidificación de los océanos, que en ocasiones se denomina el “otro problema del CO2”, un importante problema mundial debido a su capacidad de afectar a los organismos marinos y los ciclos biogeoquímicos.



Cambio climático y gases invernadero


La Tierra ha experimentado varios cambios climáticos globales en su larga evolución, como producto de factores astronómicos, geológicos y biológicos, en los cuales el nivel de los océanos ha variado centenares de metros. El actual cambio en curso se asocia principalmente al incremento de la concentración atmosférica de CO2, de 280 ppm (partes por millón) en 1860 a 400 ppm en 2014, producto del uso de combustibles fósiles. Como consecuencia se espera un incremento de 1.2 grados C a 2.5 grados C.


El cambio climático global, tema de una polémica científica principal, implica riesgos de gran magnitud, complejidad e incertidumbre. Enfrentarlo requiere decisiones costosas y difíciles de adoptar. Su curso y efectos futuros se relacionan principalmente con el comportamiento, de las masas oceánicas.


El “efecto invernadero” del CO2 y otros gases compuestos de la atmósfera es función de los enlaces atómicos de sus moléculas, que interceptan la radiación electromagnética de baja frecuencia emitida por la Tierra al espacio, lo que incrementa la temperatura del gas.




Oscilación del Atlántico Norte (NAO)


La Oscilación del Atlántico Norte es una fluctuación a gran escala en la masa atmosférica situada entre la zona de altas presiones subtropicales y la baja polar en la cuenca del Atlántico Norte. Su influencia se extiende desde Norteamérica Central a Europa, alcanzando incluso al Norte de Asia. Determina la variabilidad de clima invernal en la región del Atlántico Norte y se estima mediante el índice NAO, que se calcula como la diferencia de presión a nivel del mar que se produce entre las bajas presiones de Islandia y las altas presiones de la Azores.


Se ha demostrado que la variabilidad de la NAO influye sobre la abundancia, biomasa, distribución de las especies, así como sobre las tasas de crecimiento y supervivencia de las poblaciones. Los impactos de la NAO se materializan a través de cambios locales en el ambiente físico, como los sistemas de vientos, las temperaturas del océano y la cofiguracióm de la circulación en general.







 
 
 

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